Ingredientes,
-Collejas de las orillas y civantos de la Sierra de Segura
-Aceite de oliva virgen extra
-Sal
Y al lío,
Localizar un rodal, o rual como se dice en estas sierras, de esta exquisita verdura. Es pequeña, fina, delicada, deliciosa. Para mí, la mejor de las verduras.
Navaja en mano y armados de paciencia dispóngase uno a cortarlas y a liberarlas de su tallo si lo tuvieren.
Y a la olla con ellas. Tres minutos hirviendo en agua con sal, no más, y listas para escurrir.
Escurrirlas a conciencia entre las manos hasta librarlas totalmente de agua. Hacer bien esta operación es fundamental en cualquier revuelto de verdura cocida. Freír los dientes de ajo partidos en láminas en aceite de oliva virgen extra, y a la sartén con ellas cuando los ajos se doren.
Rehogar un par de minutos las collejas y añadir los huevos, cuatro en este caso, a fuego medio y removiendo de vez en cuando de manera que cuajen pero que queden fritos, no cocidos. Esto se consigue con fuego fuerte y la verdura, insisto, muy bien escurrida.
Maravilloso plato. Va por la gran Araceli, mi anciana y hermosa madre, a la que tanto he visto disfrutar buscando este exquisito manjar por las orillas y civantos de esta sierra.