- Un par de sepias bien hermosas.
- Una canasta de habas de la huerta.
- Una cebolla.
- Cuatro dientes de ajo.
- Un tomate.
- Una rebanada de pan tostado o frito.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Un vasito de vino blanco.
- Perejil.
- Hierbabuena.
Y al lío,
Habas de la huerta de Tosiria que como no somos pitagóricos podemos comerlas, incluso con deleite.
Y con Robito Vaina en 10 minutos la canasta pelada.
Qué ricas!!
Partir la sepia en dados.
Picar la cebolla y rallar el tomate.
Freír dos dientes de ajo y sacar al mortero. Añadir la cebolla picada, el tomate rallado y la sepia. Mantener a fuego medio unos diez minutos. Añadir el vasito de vino blanco. Nunca use un vino que no se bebería.
Cubrir con agua o con un fumé de pescado. Dejar hervir unos diez minutos.
Y las habas al perol. Y otros diez minutos hirviendo.
Picar en el mortero los dientes de ajo fritos y dos crudos, un poquito perejil y una rebanada de pan tostado o frito. Añadir el majado al guiso. Dejar hervir unos minutillos, añadir la hierbabuena y apagar.
Y a comer.
Entre tanto tuvimos que bajar al gatillo de la catalpa.
Y en la sobremesa descorchamos una botella de Lagavulin. Un whisky único, inconfundible, homérico.